Tácticas y formaciones del Imperio Romano

La guerra es como una partida de ajedrez. Para ganarla se necesita una estrategia a seguir. El ejército romano sabía muy bien esto, ya que sus grandes conquistas no fueron a base de ir con una espada a lo loco a matar a todo el que se le acercase, sino que fue gracias al buen planteamiento con el que iban al campo de batalla.

Para conquistar tantas naciones y pueblos, los romanos tuvieron que tener bien planteado cómo iban a actuar. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Qué clase de tácticas y formaciones utilizaban los romanos?

Tácticas

Respecto a la táctica, normalmente se colocaba a la infantería en el centro y a la caballería en los flancos, para así proteger al centro de ser rodeado y permitir a los jinetes, una vez la batalla terminaba, perseguir a los enemigos que huyesen. En caso de que la caballería fuese débil, se reforzaba con infantería.

Por otro lado, la infantería auxiliar era importante, la cual muchas veces era la que derramaba la primera sangre y a veces la que llegaba a conseguir la victoria sin que los romanos tuvieran que luchar. Asimismo, las tropas de reserva podían reforzar un flanco en problemas, proteger al ejército de un intento enemigo de rodearlo o avanzar hacia los flancos enemigos para envolverlo si este no poseía tropas de reserva.

Al final, lo que se buscaba en una batalla era romper la línea enemiga. Si un flanco caía, los del centro debían luchar en dos frentes en un espacio reducido. Una vez que se conseguía una ventaja como esta, era muy difícil para el enemigo rehacerse.

Formaciones

En cuanto a formaciones estas son algunas de las más conocidas:

  • La tortuga o testudo, era la formación defensiva básica de los legionarios en la que levantaban los escudos sobre sus cabezas, a excepción de los de las filas exteriores, que protegían a sus compañeros con el escudo en posición defensiva, creando así un caparazón que los protegía de los proyectiles, permitíendoles avanzar mientras estaban bajo ataque enemigo y sin apenas bajas.

  • Otra formación de combate era la cuña, usada normalmente por los legionarios que cargaban contra el enemigo. Formaban un triángulo con un vértice de un sólo hombre apuntando hacia el enemigo, y cuando la formación se abría, los oponentes se encontraban empujados hacia atrás y quizás obligados a romper su formación.
  • Para hacer frente a la cuña estaba la sierra, donde la unidad de reserva cubría los huecos que pudieran surgir.

  • Una formación defensiva era el orbe u orbis. Esermitía una buena defensa, incluso si la unidad había quedado separada del resto del ejército. Los arqueros quedaban en el centro para dar fuego de apoyo y los soldados en el exterior. Cuando se adoptaba esta formación, era prácticamente la señal de que todo estaba perdido a menos que se recibieran refuerzos, sirviendo sólo para ganar tiempo.

  • La formación del cuadrado hueco, es como el orbe pero creada para la lucha contra la caballería pesada.

  • Para finalizar, otra formación para detener a la caballería era la anti-caballería (valga la redundancia), en la que la primera fila formaba un muro de escudos con sus armas apuntando hacia el exterior, y la segunda fila acosaba a la caballería que se detenía ante el muro de escudos.