29 de junio de 1236: el rey cristiano Fernando III de Castilla conquista Córdoba
29 de junio de 1236. Fernando III el Santo, rey de Castilla y de León, recibe las llaves de Córdoba. Los musulmanes, exhaustos tras un largo asedio en el que no reciben ayuda de los reinos vecinos, entregan la ciudad y se preparan para abandonarla. Las condiciones de la capitulación así lo exigen.
Concluye así la Conquista de Córdoba, que comenzó 6 meses antes. En realidad, no será el rey castellano quien la inicie, sino un grupo de almogávares que se encontraban en Andújar. Esta población y su castillo se había convertido en lugar de reunión para quienes combatían en la frontera desde que el rey de Baeza la entregara a Fernando III. Así, aquellos almogávares tuvieron noticia de la dejadez de la vigilancia de las murallas que cercaban la ciudad de Córdoba. Mencionan algunas fuentes serán algunos cordobeses, quienes, cansados del mal gobierno del rey ibn Hud -que pocos años se había hecho con el control de la ciudad- ofrecen la información a cambio de que tras la conquista se respeten la vida y posesiones de los ciudadanos.
Sea cierto o no, los almogávares deciden actuar: llegan a las cercanías de Córdoba un día de invierno de 1235 o 1236; ya cerrada la noche y favorecidos por la lluvia, entran en acción. Vestidos como musulmanes y provistos de una escalera, un grupo de ellos consigue subir a la muralla por el lugar que luego se conocerá como Puerta del Colodro, en recuerdo de uno de aquel grupo que asaltó la muralla. Poco a poco el pequeño grupo va eliminando los guardias que vigilaban hasta llegar a la puerta de Martos, donde le esperan sus compañeros. Abren las puertas, entran en la Axarquía, y rápidamente se hacen con su control.
Pero esto no significaría la conquista de Córdoba. La ciudad, en esta época -y hasta no hace demasiado tiempo, en realidad-, estaba dividida en dos grandes zonas amuralladas: la madina y la axarquía. La madina era la parte principal de la ciudad donde se encontraban los principales edificios, la gran mezquita y el alcázar, cuyas murallas existían desde época romana. La Axarquía, es decir, todo el sector oriental de Qurtuva, era un conjunto de barrios que habían comenzado a surgir a partir del siglo IX y que habían sido protegidos por muralla en el siglo XI o XII. Ambos recintos eran independientes, separados por el lienzo este de la muralla de la madina, que iba desde la actual puerta del Rincón hasta el río. De esta manera, cuando los almogávares asaltan la muralla y se hacen con la Axarquía, no pueden completar la conquista, pues los musulmanes, prevenidos ya, defienden la Madina, siendo imposible el ataque.
Ahí es donde entrará Fernando III en esta historia: alertado por un emisario que le informa de la situación, reúne al ejército y se pone en camino. Llegará a la ciudad en febrero, y se situará en el sur, más allá del Castillo de la Calahorra, para cortar las ayudas que puedan llegar a la ciudad por esta vía, la que comunicaba Córdoba con gran parte de la al-Andalus occidental. Ibn Hud, sabiéndose vencido, abandona la ciudad a su suerte. Los cordobeses resistirán un poco más, pero es inútil: exhaustos y hambrientos por el largo asedio, entregan la ciudad y se preparan para abandonarla. Las condiciones de la capitulación así lo exigen.
Fuente: http://www.artencordoba.com/blog/la-conquista-de-cordoba/